“…En el trópico este método se torna complicado debido a la baja visibilidad de los ejemplares en los diferentes tipos de vegetación -bosques caducifolios, subcaducifolios, subperennifolios o perennifolios y vegetación secundaria-y a los hábitos furtivos de esta especie (Weber, García-Marmolejo y Reyna-Hurtado, 2006). Entre los métodos que se han establecido para determinar el sexo en venados, además de los registros visuales (Mandujano y Gallina, 1996;Sánchez-Rojas, Gallina y Equihua, 2004), se encuentran los indirectos como la morfometría de pellets (Camargo-Sanabria y Mandujano, 2009;Sánchez-Rojas, Aguilar-Miguel y Hernández-Cid, 2009;Sánchez-Rojas et al, 2004), la espectroscopía reflectante de infrarrojo cercano (Tolleson, Randel, Stuth y Neuendorff, 2005) y el análisis de ADN (Lindsay y Belant, 2008). Los métodos indirectos aplicados a las excretas del venado cola blanca presentan como inconveniente el tener una eficiencia en la correcta determinación del sexo cercana al 40% (Camargo-Sanabria, 2008), del 0% en machos y del 100% en hembras gestantes, únicamente en la época reproductiva (Tolleson et al, 2005); por su parte, la determinación del sexo por medio del análisis de ADN requiere de la colecta de muestras específicas de tejido (Lindsay y Belant, 2008), lo cual es poco viable en venados de vida libre en las regiones tropicales.…”