“…Mindfulness ha sido incorporado a la psicología contemporánea como una técnica que permite gestionar más eficientemente ciertos procesos mentales relacionados con diferentes trastornos psicológicos (Bishop et al, 2004;Hervás, Cebolla y Soler, 2016), lo cual ha generado una enorme cantidad de investigaciones que señalan su eficacia en problemas como la ansiedad, el déficit de atención, la depresión, el estrés o el dolor crónico (v. Chiesa, Calati y Serretti, 2011;Goleman y Davidson, 2017;Keng, Smoski y Robins, 2011;Linares, Estévez, Soler y Cebolla, 2016;Ruiz y Callejón, 2014;Sansó et al, 2018;Spijkerman, Pots y Bohlmeijer, 2016;Strauss, Cavanagh, Oliver y Pettman, 2014;Yagüe, Sánchez-Rodríguez, Mañas, Gómez-Becerra y Franco, 2016). Asimismo, la práctica de la atención plena combinada con el fomento de la amabilidad (Cebolla, Enrique, Alvear, Soler y García-Campayo, 2017), la compasión (Campos et al, 2016;Cebolla et al, 2017;Simón, 2014) y la gratitud (Cebolla et al, 2017) se refuerzan mutuamente y conducen hacia resultados positivos sobre el bienestar y la felicidad, entendidos como un estado profundo de serenidad y plenitud mantenido en el tiempo, que nos permite gestionar mejor los distintos estados emocionales.…”