“…Algunas de las brechas más estudiadas han sido en relación con la falta de acceso a tratamientos médicos (por ejemplo, psicofarmacológicos) y psicosociales (por ejemplo, psicoeducación, terapia cognitivo-conductual)(19-21) o la baja efectividad "en el mundo real" de los tratamientos psicofarmacológicos (por ejemplo, CA-TIE, STAR*D), debido a causas como la falta de adherencia a tratamiento farmacológico(28) y/o a la falta de efectividad inherente de estos tratamientos en algunas áreas psicopatológicas específicas (por ejemplo, antipsicóticos atípicos no han demostrado mejoría de síntomas cognitivos en esquizofrenia (27,32), antidepresivos han demostrado solo un 20-30% de mejoría en la primera línea de tratamiento) (30,31). Por este motivo, y con el objetivo de reducir la morbimortalidad y discapacidad generada por las enfermedades mentales, se hace necesario un nuevo enfoque de prevención de enfermedades mentales y promoción de la salud mental (18,38,43,52,53,55,56), especialmente debido a que un gran porcentaje de las patologías mentales crónicas comienzan en la infancia(4,7,33,34,37) y están asociadas a factores de riesgo de enfermar (46)(47)(48)(49)(50). En un enfoque de promoción y prevención, las principales estrategias propuestas son: 1) detección de estados mentales de riesgo (por ejemplo, personas con síntomas subumbrales, familiares de primer grado con enfermedad mental, episodios breves y autolimitados; déficits neuropsicológicos precoces y rasgos específicos de personalidad premórbida; biomarcadores séricos, imagenológicos, bioeléctricos y genéticos de endofenotipos de enfermedades mentales específicas)(34,37,40); 2) programas de promoción de estilos de estilos de vida saludables en salud mental (por ejemplo, ejercicio físico, estrategias de resolución de problemas, pensamientos positivos, toma de decisiones y psicoeducación para prevenir ansiedad y depresión en poblaciones vulnerables) (38,(40)(41)(42); 3) prevención de situaciones de riesgo que aumentan la probabilidad de enfermedad mental (por ejemplo, pobreza, aislamiento social, abuso y maltrato infantil, enfermedad mental perinatal de la madre, alimentación precaria del infante, acceso temprano a alcohol y drogas, inequidad socioeconómica e inestabilidad laboral, entre otros) (45-51), con énfasis en intervenciones tempranas a lo largo de la infancia -y todo el ciclo vitaly focalizadas en poblaciones de riesgo (especialmente en países de medianos y bajos ingresos) (52,…”