“…En 1918 Rucker y Richmond (248) describieron la técnica de sutura continua, precursora de la que hoy día se conoce, y Mandy et al en 1951 (249), que realizaron la revisión de la misma, hacen referencia al beneficio de la técnica continua, con menor utilización de nudos, porque vieron que la presencia de nudos y la tensión que estos producían sobre el tejido lesionado estaba fuertemente asociado con la producción del dolor perineal (249).…”