“…El espacio de interfase que más se liga al desarrollo y al aprendizaje de competencias para la paz y la ciudadanía, corresponde con las actividades en las cuales los niños comienzan a atribuir estados mentales a los demás y a juzgarlos como estados de creencia, plan, intención o deseo, diferentes de otros tipos de estados en las personas, es decir, actividades en las que se pone en marcha la capacidad de teoría de la mente en los niños (Flórez-Romero, Arias-Velandia y Torrado Pacheco, 2011; Posada-Gilède y Parales-Quenza, 2012;Wellman, Cross y Watson, 2001). En ese sentido, las bases de capacidades para la ciudadanía incluyen ideas, acciones y sentimientos de empatía, que demandan conocer lo que los demás sienten o piensan en determinada situación, la consideración de esa situación y el juicio sobre si la consecuencia de los actos de estas personas son justas o no, lo cual incluye capacidades de consideración de los límites y trato válido con las demás personas en colectivo (subyacentes al manejo y resolución de conflictos, de las normas de convivencia y la participación), y fortalecimiento de capacidades ligadas al sentido de la valía de los propios sentimientos, del cuidado y del concepto y sentido de valía de sí mismo (Chaux, 2012;Ruiz-Cardozo, Ñañez-Rodríguez y Capera-Figueroa, 2019).…”