“…Por lo anterior, invitamos a quienes nos leen a explorar su espiritualidad realizando actividades tales como la meditación, el yoga, la respiración consciente, hacer arte, actividades corporales y otras formas de expresión espiritual en la vida cotidiana que contribuyan a la conexión de su ser con lo trascendental, pues posibilitan crear puentes con la naturaleza y el entorno social (Hasselkus, 2011). La práctica cotidiana de expresiones espirituales puede ayudar a estudiantes y profesionales a vislumbrar la diversidad de estas y a ampliar la noción de esta dimensión, para posteriormente incorporarlas en estrategias de valoración y atención, incluyendo la escucha activa ante los cuestionamientos existenciales (Díaz et al, 2002) y la conformación de grupos entre pares para la discusión en torno a las convicciones (Mthembu et al, 2017(Mthembu et al, , 2018. En el contexto de la atención paliativa estas discusiones se centrarían en la muerte, la vida, la espiritualidad, las prácticas religiosas, el respeto por estas y la complejidad que conlleva aplicarlas en las acciones terapéuticas (Farah y McColl, 2008).…”