Resumen
El ambiente ha sido, desde los albores de la psiquiatría, un factor fundamental en el estudio y la comprensión de las enfermedades mentales. La relación entre genoma y ambiente ha constituido tradicionalmente un tema central en la investigación de la etiopatogenia de los problemas de salud mental y en la concepción misma de esta. En su aplicación a la psicopatología y a la salud mental, la ambiómica psiquiátrica se ha definido como «el estudio de las condiciones y procesos ambientales que promueven la salud mental o incrementan los riesgos de trastornos mentales». Sin embargo, la salud ambiental, al menos en España y en relación con sus competencias dentro del sistema de salud general, ha centrado su atención en los aspectos relativos a los riesgos ligados a la contaminación física, química o biológica del aire, el agua o la tierra, así como a su correlato alimenticio. Aunque los riesgos ambientales, como la calidad del aire, las temperaturas extremas, el ruido, el cambio climático y distintos tóxicos ambientales, pueden desempeñar un papel muy importante, difícilmente pueden ser identificados como elementos etiopatogénicos únicos. Este trabajo revisa la literatura reciente sobre la investigación ambiental y los problemas de morbimortalidad psiquiátrica. Si bien los resultados son poco concluyentes, las futuras líneas de investigación deberían considerar una colaboración interdisciplinaria más ágil, que permita, por un lado, entender mejor la enfermedad mental, y por otro, avanzar desde la salud ambiental «tradicional» a una que contemple los factores ambientales de tipo social abordando el concepto aún poco estudiado de «contaminación social».