“…Otros estudios evidencian que el tener familiares o amigos del entorno cercano consumidores de tabaco, el escaso nivel educativo de los padres y el consumo de alcohol se convierten en factores motivantes para el inicio del consumo de cigarrillo, mientras que los factores predictores se observan a nivel psicológico cuando existe pérdida de autocontrol, en la búsqueda de nuevas sensaciones, al presentar momentos de impulsividad y cuando se tienen dificultades en el procesamiento de emociones (Romero et al, 2017). De igual manera, cambios a nivel contextual como el inadecuado uso del tiempo libre, problemas en la atmósfera familiar, relación con pares que presenten conducta antisocial, fracaso escolar y problemas externalizantes durante la adolescencia han sido considerados predictores de consumo (Romero et al, 2017;Villena Ferrer, 2009). Considerando los elementos anteriores se hace necesario para el diagnóstico de la dependencia al consumo de tabaco estudiar factores familiares, sociales, genéticos, ambientales, culturales y propios del comportamiento del individuo (Kendler et al, 1999;Organización Mundial de la Salud, 2020;Villena Ferrer, 2009) en ese sentido la Clasificación Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud Conexos (CIE-10) cataloga los efectos del tabaco y la nicotina como un trastorno de la categoría «efecto tóxico de otras sustancias no especificadas» [T 65.2].…”