“…El modelo alcanzó una eficiencia predictiva general adecuada, al predecir con un 88% de probabilidad que un adolescente que presente dificultades de regulación emocional, preste excesiva atención a sus sentimientos, tenga poca claridad de sus estados emocionales y, sobre todo, experimente incapacidad para solicitar ayuda a otros cuando lo necesita, se involucre en un comportamiento suicida. Esto se corresponde con los desarrollos teóricos y la evidencia empírica existente, básicamente en lo que refiere a la asociación con habilidades de regulación emocional (e.g., Anestis et al, 2011;Cha & Nock, 2009;Kleiman et al, 2012;Kleiman et al, 2014;Pisani et al, 2012;Pisani et al 2013;Rivera-Heredia, Martínez-Servín & Obregón-Velasco, 2013).…”