“…El matrimonio forzado se ha considerado una expresión más de violencia contra menores que puede ser entendida como tráfico de niños y niñas (Warria, 2017), el cual puede ocurrir en situaciones que incluyen la violación, el rapto, el matrimonio con el violador, y otras expresiones de violencia y coerción por parte de los familiares de la niña para lograr el matrimonio (Kopelman, 2016;Frías, 2017). Asimismo, ha sido reconocido como un problema social y de salud pública, principalmente en la salud sexual y reproductiva de las niñas y mujeres, debido a que experimentan un inicio de relaciones sexuales de manera forzada, la probabilidad de contraer infecciones de transmisión sexual, están expuestas a sufrir violencia sexual y de género, con los consecuentes daños a la salud mental, pero de manera importante se exponen al embarazo temprano que incrementa los riesgos de morbilidad y mortalidad materno-infantil (Organización Mundial de la Salud, 2012).…”