El modelo de desarrollo costero llevado a cabo en el municipio de Benito Juárez, Quintana Roo, aumenta la vulnerabilidad del sitio a los desastres de origen climático. La construcción continua de edificios, que únicamente consideran la orientación hacia el mar y su cercanía para el placer de los turistas, y que responden a una planificación de la economía local hacia el turismo de sol y playa, no toman en cuenta importantes consideraciones respecto al ordenamiento territorial y preservación de los ecosistemas, han generado un alto riesgo para el municipio. Lo anterior ha sido particularmente notable con el paso de los huracanes Gilberto (1988) y Wilma (2005), con costos respectivos evaluados en 500 millones y 67 mil millones de dólares. A pesar de todo, se sigue promoviendo el mismo modelo de desarrollo en la región y en otros focos más recientes del turismo de sol y playa en el país. Este trabajo, en primer lugar, estudia el modelo de desarrollo del municipio de Benito Juárez; enseguida, presenta los desastres ocurridos desde su constitución, así como las proyecciones climáticas en la zona de estudio; en tercer lugar, analiza los mecanismosde respuesta implementados por los gobiernos estatal y local, y define los retos futuros, con el objetivo de fomentar la reflexión sobre la conveniencia de este modelo de desarrollo y la urgencia de desarrollar alternativas.