Los autores debaten la existencia de Culturas juveniles y movimientos contraculturales antes de los años sesenta. Tema de discusión entre algunos especialistas en estudios de la contracultura y la juventud desde la publicación de El nacimiento de una contracultura de Theodore Roszak (1968). Centradas en las juventudes aegentinas, chilenas, colombianas, españolas y mexicanas y mexicoamericanas, cada una de las contribuciones contenidas en el libro, ilustran y constrastan el efecto de las definiciones, expectativas e instituciones construidas desde una perspectiva adultocéntrica, en torno a las juventudes.