La alimentación es una actividad central de la vida de una familia. Es por lo que se enfatiza la primera forma de alimentación, que es la lactancia humana. En si misma posee beneficios ampliamente conocidos, más aún en bebés con condiciones de salud adversas. Se cree pertinente hacer foco en que estos bebés considerados frágiles por su condición de salud se benefician en aspectos por ejemplo en relación con el confort frente a las prácticas que muchas veces salvaguardan la vida, pero podrían dejar una experiencia de displacer. (Kerzner et al., 2015; Milano, Chatoor, & Kerzner, 2019)
Objetivo: conocer la experiencia de personas que pudieron o no amamantar a sus bebés con alguna CCC o discapacidad. Y a su vez, profundizar acerca de los apoyos, facilitadores, limitaciones y/o dificultades en el camino de la lactancia.
Metodología: Estudio observacional y transversal a través de encuestas voluntarias. Participaron personas mayores de edad con al menos un hijo de entre 0 a 15 años al momento de la encuesta con alguna condición médica.
Resultados: Se destacan un total de 124 encuestados. La experiencia de lactancia fue muy variada: un 42,5% dificultosa, un 25,8% por el contrario la describió como placentera. Según los encuestados, un 41% refirió problemas de succión y el 26% refirió de deglución. A su vez surgió la falta de información en un 20% y un 9% refirió que les ofrecieron biberón sin antes probar con alguna forma de lactancia humana.
Conclusión: Se cree fundamental poder visibilizar diferentes experiencias de lactancias tal y como plantean muchas familias el rol de fonoaudiólogos y puericultoras como agentes de salud más la información es de vital importancia. Este tipo de información, permite a los profesionales de salud tener en cuenta diferentes miradas y experiencias, esto visibiliza las problemáticas y jerarquiza el rol profesional de los agentes involucrados en la lactancia humana dentro del equipo interdisciplinario.