“…A nivel mundial se han mencionado numerosos casos de mortandad de ganado, aves y animales silvestres, por el efecto directo de las cianotoxinas contenidas en las cianofitas, ingeridas por estos animales (Carmichael y Falconer, 1993;Skulberg et al, 1993;Quesada-Corral, et al, 2006). En México, se han reportado muchos eventos de florecimientos de cianofitas en varios estados de la república mexicana, como: Baja California Sur, Jalisco, Michoacán, Veracruz, San Luis Potosí, Sinaloa, Queré-taro, Guanajuato, Puebla, Oaxaca, Hidalgo y en el Estado de México (Cortés-Altamirano y Licea-Durán, 1999;Ramírez-García et al, 2004;Oliva-Martínez et al, 2008;Arzate-Cárdenas et al, 2010;Vasconcelos et al, 2010;Sánchez-Chávez et al, 2011;Berry et al, 2011;Gárate-Lizárraga y Muciño-Márquez 2012;Tomasini-Ortiz et al, 2012); así como en diferentes cuerpos de agua como el lago de Chapultepec, los canales de Xochimilco, Cuemanco y la presa Zimapán. Los florecimiento algales nocivos (FAN) o tóxicos de las cianofitas, afectan la calidad del agua, los recursos pesqueros, a los animales y al hombre.…”