“…Aunque la fotografía aérea como método para el estudio e identificación de estructuras campamentales se introdujo en la década de 1940 y tuvo cierto desarrollo durante las décadas posteriores (Almagro, 1943;Loewinshon, 1965;Sánchez-Palencia, 1986;García-Merino, 1996;Del Olmo, 1995), el creciente acceso en abierto a nuevas coberturas de fotografías aéreas y satelitales, así como a datos LiDAR (Light Detection and Ranging) ha cimentado el desarrollo de nuevas aproximaciones en los últimos años (Menéndez Blanco et al, 2013;González-Álvarez et al, 2019). Este hecho explica el auge experimentado por la disciplina en las últimas décadas, que ha cristalizado en el descubrimiento de decenas de nuevos asentamientos en el territorio peninsular (Cordero Ruiz et al, 2017;Costa-García et al, 2019;Peralta Labrador et al, 2019;Menéndez Blanco et al, 2020;Martín Hernández et al, 2020). Sin embargo, este avance metodológico no es exclusivo del territorio peninsular, pues se documenta a escala europea (Bernardini et al, 2015;Oltean y Hanson, 2017;Laharnar y Lozić, 2019;Driver et al, 2020).…”