“…A nivel general, se sugiere que los efectos del perdón pueden llegar a transcender al individuo y su relación con el ofensor, en la medida que el estado psicológico del perdón puede motivar comportamientos prosociales hacia los demás (Karremans y Van Lange, 2008). Así, el perdón puede (o no) producir perspectivas más pacíficas y armoniosas, (Worthington, 2005), ser una alternativa creativa para la transformación de las violencias para la construcción de paz (López-López, Pineda Marín, Murcia León, Perilla Garzón, and Mullet, 2013;López, Pineda y Mullet, 2014;Villa, 2016: Cortez, Torres, López-López, Perez, Pinedad Marin, 2016; Mullet, Lopez-Lopez, Kpanake, Armange, Neto, Kamble, Muñoz, Sorum, Mukashema, Guedez, 2016; López-López, Andrade, y Correa, 2016), y cumplir un papel importante en la curación de daños a nivel de grupo (Strelan y Covic, 2006), en el mantenimiento de la red de apoyo social, y el incremento de factores relacionales asociados a las habilidades sociales, calidad en las relaciones y manejo de conflictos (Lavelock, et al, 2015).…”