“…Pero la diferencia de agendas está limitando la función de servicio público de los espacios mediáticos dominantes y su aporte a la democracia, como anotan los estudios de Boczkowski y Mitchelstein (2015). También está invisibilizando al "ser ciudadano" explícita o implícitamente en el discurso (Ruiz, 2014;Wodak, 2003), y obstaculizando que los cibermedios actúen como intermediarios sociales, autónomos e independientes (Rincón, 2017), que contribuyan al control social del Estado y de los funcionarios públicos (Rosenberry, 2017;Peters & Witschge, 2015;Dalhberg, 2011;Rincón, 2017;Brambilla, 2017;Amado, 2014;Yezers'ka, 2008;Legoas, 2007), y sean voceros de un consumidor cada vez más participante, demandante e independiente (Peters & Witschge, 2015).…”