INTRODUCCIÓNLas Facultades de Medicina españolas han iniciado un nuevo proceso de reforma curricular en el marco de la implantación del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES). Este proceso constituye, sin duda, una nueva oportunidad, quizás la últi-ma en mucho tiempo, para llevar a cabo de una vez por todas la reforma en profundidad que nuestra formación de grado requiere. Los retos que se nos plantean son muchos y nada fáciles de afrontar. En este artículo vamos a discutir cuáles son estos retos y cómo deberíamos alcanzarlos. Para saber hacia dónde hemos de ir es imprescindible saber de dónde partimos y sobre todo dónde estamos. Por ello dividiremos nuestra exposición en tres períodos: el primero, que engloba el siglo XX desde 1930 a 1990, es un período en el que a pesar de su dilatada extensión apenas se producen cambios substanciales en nuestra formación de grado; el segundo, que se extiende desde finales del siglo XX a los principios del siglo actual (concretamente desde 1990 al 2003), abarca nuestro presente actual; y el tercero a partir del 2004, en el que comienzan a surgir los retos que el futuro nos depara.
I. EL SIGLO XX De 1929 a 1990En este período la formación médica de grado en nuestro país no experimenta importantes modificaciones ni cambios radicales y en aquellos limitados casos en que se producen, éstos son aislados u obedecen a iniciativas individuales que en un plazo más o menos corto acaban por fracasar. Sólo se suceden cambios de planes de estudios caracterizados por modificaciones esencialmente de tipo estructural. De hecho, no se produce una reforma de cierta envergadura hasta 1990 que, por desgracia, como analizaremos posteriormente, no es bien aprovechada.Sin embargo, este período no puede considerarse totalmente plano desde el punto de vista educativo y en él se pueden distinguir algunos hechos de cierta relevancia. En 1929 el fisiólogo Juan Negrín 1 reorganiza el currículum preclínico en consonancia con los avances científicos de la época. Poco después, en 1933, surge la experiencia de la primera Universitat Autònoma de Barcelona. En ella, y por lo que hace referencia a la enseñanza de la Medicina, se proponen algunas reformas interesantes, como la desaparición de la enseñanza masificada y la supresión de las clases magistrales y su substitución por el méto-do inductivo u objetivo o de autoaprendizaje, con observación directa del hecho biológico. La asistencia a las clases prácticas se hace indispensable, así como el seguimiento de historias clínicas y la presencia en intervenciones quirúrgicas y en necropsias. Se intenta, además, paliar la pobreza de medios materiales y de recursos humanos. La experiencia se ve truncada por nuestra guerra civil.
2Hasta la década de los sesenta, el modelo de los años treinta se mantiene prácticamente igual. En 1962 y en 1966, otro fisiólogo eminente, el profesor Antonio Gallego, publica en el Journal of Medical Education sendos artículos, en los que realiza un diagnóstico certero de la situación de la educación médica en nuestro país, analizando...