El desarrollo a principios del siglo XX de la técnica de la electroencefalografía por parte de Hans Berger abrió las puertas a la investigación de las señales cerebrales, aunque hubo que esperar hasta finales de siglo para que tuvieran lugar las primeras investigaciones importantes en este campo. En la actualidad, el enfoque más importante de las interfaces cerebro-computador (BCI) es el médico. Esta tecnología tiene la posibilidad de ayudar a aquellos individuos que presenten algún tipo de discapacidad motora a volver a interaccionar con el entorno de forma normal. Dentro de ese enfoque, en este artículo se destaca la opción de poder decodificar el movimiento de las extremidades superiores e inferiores a partir de las señales cerebrales registradas. Esto permitiría que el individuo pudiera controlar dispositivos electrónicos de rehabilitación o prótesis robóticas a través de la interfaz cerebro- computador. Así mismo la metodología de este procedimiento presenta numerosas posibilidades y combinaciones por lo que aquellos investigadores que estén interesados disponen de un campo muy amplio en el que desarrollar su actividad.