El comercio electrónico ha transformado profundamente la gestión empresarial, presentando tanto retos como oportunidades en el mercado actual. La digitalización ha impulsado la productividad, permitiendo a las empresas llegar a mercados más amplios y reducir costos operativos, lo que ha hecho que el comercio electrónico sea una fuerza significativa en la economía global. Una de las principales oportunidades radica en la capacidad de las pequeñas y medianas empresas (PYMES) para competir en igualdad de condiciones con grandes corporaciones a través de plataformas en línea. Estas empresas pueden aprovechar el acceso a una audiencia global sin la necesidad de una inversión significativa en infraestructura física. Además, el comercio electrónico ha fomentado la innovación, impulsando el desarrollo de nuevas tecnologías como la inteligencia artificial, el análisis de datos y soluciones de pago digital. Sin embargo, el crecimiento del comercio electrónico también trae consigo desafíos importantes. La ciberseguridad y la protección de datos se han convertido en prioridades, dado el aumento de las transacciones en línea. Asimismo, la logística, especialmente las entregas rápidas, presenta retos en términos de sostenibilidad y huella de carbono. Además, las empresas deben adaptarse rápidamente a las demandas cambiantes de los consumidores, que ahora esperan comodidad, rapidez y personalización en sus compras. En definitiva, el comercio electrónico ofrece un vasto campo de oportunidades para las empresas, pero también exige una gestión empresarial ágil y adaptativa para superar los desafíos que presenta el entorno digital actual.