The lipopeptide family known as echinocandins emerge as the new "antifungal penicillins", because their ability to destroy the fungal cell wall as they inhibit glucan synthesis, the main component of fungal structure. Echinocandins are fungicidal in vitro and in vivo against most Candida species and fungistatic against Aspergillus sp, without antifungal activity over mammal cells. Three drugs are representative of this class; caspofungin, micafungin and anidulafungin, the two first have been licensed for human use. Their optimal security profile, with low incidence and severity of adverse effects, kind posology and few interactions with other drugs, represent noticeable advantages for modern antifungal therapy. They have similar clinical efficacy as amphotericin B, without its toxicity, which besides the absence of antagonism with other antifungal drugs, allows to suggest that combined antifungal therapy could represent a new standard for the management of the feared invasive aspergillosis.Key words: Echinocandins; Caspofungin; Micafungin; Anidulafungin. Palabras claves: Equinocandinas; Caspofungina; Micafungina; Anidulafungina.
IntroducciónEn las últimas décadas asistimos a la emergencia de los hongos como patógenos oportunistas humanos. Sobre 7% de los pacientes en hospitales universitarios europeos fallecen de aspergilosis y diversas especies de Candida se han constituido en causa común de infección nosocomial 1,2 . Ciertos grupos de pacientes inmunocomprometidos presentan alto riesgo de micosis severas; por ejemplo, 15% de los receptores de trasplante alogeneico de células madres 3 , y casi 20% de los sometidos a trasplantes pulmonares, están colonizados o infectados 4 ; en los pacientes con SIDA de países desarrollados la neumonía por Pneumocystis jiroveci (ex P. carinii) y la candidiasis esofágica alcanzan incidencias de 60 y 20% respectivamente 5 . En Chile, Lucero y cols reportan 9,2% de infecciones fúngicas profundas en niños con episodios de neutropenia febril 6 ; por otro lado, Wolff y cols 7 reportan que en el seguimiento de una cohorte de 166 pacientes adultos con infección por VIH y sin terapia antiretroviral, 17,2% por año presentó candidiasis esofágica, 9,1% por año neumonía por P. jiroveci y 4,1% por año criptococosis meníngea.Diversos factores dan cuenta de este aumento en las infecciones fúngicas, a saber, el mejor manejo de otras complicaciones de la inmunodepresión, nuevos y cada vez más agresivos regímenes inmunosupresores, mayor sobrevida en pacientes de unidades de cuidados críticos, alta incidencia de procedimientos invasores y cateterizaciones, mayor sospecha clínica, mejores métodos diagnósticos y el uso exagerado de antimicrobianos.A la fecha, el manejo de las infecciones micóticas sistémicas se sostiene en tres grupos de antifúngicos; polienos (anfotericina B), azoles (itraconazol, fluconazol, voriconazol, entre otros) y la fluocitosina (no disponible en Chile) (Tabla 1). A pesar del importante aporte de estos fármacos al manejo de las infecciones fúngicas, los índices de fracaso ele...