Honey is a product appreciated worldwide and is subject to easy tampering throughout its production cycle. A survey of 187 honey samples from different botanical origins and regions was conducted to identify their biological and other elements, using the Melissopalynology methodology to assess the quality control. In the sampling, biological elements are mainly represented by parts of plants, mites and microbes (65%), the amount of dirtiness is high (32%), calling attention to the presence of insect body fragments, starch grains and soot, such as the most frequent (24%). The level of elements due to the addition of the frequencies of microorganisms and dirtiness is 58% in the samples, which could be an indicator of contamination in studies of Melissopalynology. These results bring new data to assess some risks linked with honey consumption and also emphasize that there should be greater rigor in the basic quality control of this product. Monitoring program of honeys should be continuous throughout its production cycle, starting from the field activities, harvesting, processing, and storage until reaching the consumer's table. Resumen La miel es uno de los alimentos más apreciados en el mundo y por esta razón facilmente se detecta su adulteración a lo largo de su cadena de producción. En una encuesta por 187 muestras de miel de diferentes orígenes botánicos y regiones ha sido realizada para identificar sus elementos figurativos de la miel mediante el análisis melisopalinológico de modo a evaluar la calidad de este producto. En la muestra, los elementos biologicos son representados principalmente por residuos vegetales, ácaros y microbios (65%), La frecuencia de partículas de suciedad se ha notado alta (32%), a lo que se constato restos de insectos, gránulos de almidón y hollín, que son los de mayor frecuencia (24%). El nivel de elementos es 58% cuando se añade las frecuencias de microorganismos y partículas de suciedad presentes en las mieles, lo que puede ser un indicador de contaminación en estúdios de melisopalinologia. Esos resultados traen nuevos datos para evaluar algunos riesgos que hay que tener con el consumo de la miel además sugieren a que lleven un mayor rigor en el control básico de calidad en mieles. El programa de monitoreo debe ser continuo durante todo la cadena de producción, desde las primeras actividades en campo de las colmenas, durante la cosecha, en el procesamiento del producto, en su transporte, en el almacenamiento en la tienda y hasta en la mesa del consumidor.