El artículo aborda el tema de la construcción de la memoria social a partir de la necesidad de ajustar el discurso a nuevas circunstancias. La historia, como disciplina, se confronta con los deseos de los grupos que buscan crear una memoria sobre determinado evento, por lo que es necesario historiar la construcción de la memoria social. Se aborda el caso de Ricardo Flores Magón, un anarquista que cambió su lucha al transformarse en reformista, lo que se tornó funcional para quienes deseaban ser reconocidos en los años de la posrevolución. Sus hermanos, Jesús y Enrique, fueron parte de esa transformación. Una comparación de los escritos publicados en el periódico Regeneración, de la ciudad de México, y la participación de Enrique Flores en la década de 1930, demuestra que la idea anarquista fue sacrificada para que los hermanos Flores Magón fueran reconocidos como los hombres que realizaron el Programa del Partido Liberal Mexicano de julio de 1906, base de la Constitución de 1917. El nombre de Ricardo Flores Magón se les colocó a calles, plazas, escuelas, pero el mensaje en contra de todo gobierno, ley y religión quedó desplazado.