Resumen Según investigaciones recientes, el campo de los estudios de género está lejos de constituir un espacio multi-centrado de producción de conocimiento (Wöhrer, 2016). En cambio, existe una división entre centros y periferias académicas, que configura tanto hegemonías como zonas de ininteligibilidad. Este trabajo retoma la propuesta benjaminiana de una historia a contrapelo, lo que supone la apropiación de elementos críticos para denunciar injusticia epistémica (Fricker, 2007) en las formas en que se elaboran y difunden los productos del conocimiento. Desde este encuadre, analizamos el modo en que la obra de Colette Guillaumin se constituye como sombra muda del canon occidental de los estudios de género y del racismo. Desde Latinoamérica, la suerte del feminismo materialista francófono se entreteje con el derrotero de múltiples teorías silenciadas. Reconstruir estas genealogías permite restituir la pluralidad de voces, en favor de un feminismo que interrogue no sólo sus contenidos, sino también sus prácticas situadas.