“…En cuanto a la juventud, nos apoyamos en investigaciones que sostienen que no es una condición natural, una etapa del ciclo vital con características universales, sino que es una construcción histórica, social y/o culturalmente situada (Groppo, 2000;Feixa, 2006) y disputada (Bourdieu, 1990). En esta construcción, el Estado y las políticas tienen una preponderancia ineludible, dando lugar a configuraciones socioestatales de juventud específicas (Vázquez, 2015), es decir, que las políticas públicas impulsadas por agencias estatales tienen un peso sobresaliente en el establecimiento de modos posibles de ser joven.…”