“…Por otra parte, en el ámbito de los diagnósticos, existen diferencias notables entre hombres y mujeres en relación a la frecuencia y motivos de consulta, diagnósticos y tratamientos asignados en el campo de la salud mental. En primer lugar, las mujeres son más propensas a buscar ayuda por problemas de salud mental (Mackenzie, Gekoski, y Knox, 2006;Oliver, Pearson, Coe, y Gunnell, 2005) y se les prescriben, en igualdad de condiciones, más psicofármacos (García et al, 2005;Markez et al, 2004). En segundo lugar, existen diferencias epidemiológicas en los trastornos mentales por género: a las mujeres se les diagnostica con más frecuencia de trastornos de ansiedad, de personalidad límite, de la conducta alimentaria y trastornos de dolor, así como de trastornos afectivos, principalmente depresión, incluso aunque tengan resultados similares en pruebas estandarizadas o síntomas idénticos a los varones (Astbury, 2001); mientras que a los varones, de trastornos de personalidad antisocial y narcisista, trastorno delirante celotípico, del control de los impulsos, así como abuso y dependencia de sustancias (Barberá y Martínez, 2004;Bonilla, 2010aBonilla, , 2010bFerrer y Bosch, 2005;Grela y López, 2011;Montero et al, 2004;Organización Mundial de la Salud, 2004;Ruiz y Jiménez, 2003;Sebastián, 2001).…”