“…Norte América tuvo una incidencia y prevalencia general variable de 3,7 a 49 casos por cada 100 000 y 48 a 366,6 casos por cada 100 000, respectivamente; Europa con una incidencia de 1,5 a 7,4 y una prevalencia de 29 a 210 por 100 000 casos/año; Asia con una incidencia de 2,8 a 8,6 y una prevalencia de 26,5 a 103 por 100 000 individuos; Australasia tuvo una incidencia de 11 y una prevalencia de 13 a 89 por 100 000 casos/año, África mostró heterogeneidad de datos, de incidencia desconocida pero con una prevalencia de 601 a 7713 por 100 000 individuos, y América del Sur que presentó una epidemiología casi desconocida y los pocos datos conocidos han sido tomados de Argentina mostrando una incidencia de 1,4 a 4,2 casos/año y una prevalencia de 34,9 por 100 000 casos/año (7) ; además coincidieron en que la mortalidad en estos pacientes estaba mediada por la presencia de nefritis lúpica, infecciones, enfermedades cardiovasculares, y en América del Sur además, el factor socioeconómico, el retraso en el diagnóstico y el acceso a la salud. (7) La autoinmunidad se encuentra estrictamente asociada a alteraciones genéticas responsables de la pérdida de tolerancia y el desarrollo de autoanticuerpos, (8) teniendo una mayor predisposición de heredabilidad los gemelos monocigotos; estos factores genéticos promueven polimorfismos asociados al sistema de complemento, regiones del antígeno leucocitario humano, interleucinas, proteínas del tipo tirosina fosfatasa, lectina de unión a manosa, afección de nucleótidos simples, entre otras. (8,9,10,11,12) El objetivo de este estudio es determinar los polimorfismos genéticos predisponentes al desarrollo de lupus eritematoso sistémico a través de una revisión bibliográfica.…”