“…Las profundas transformaciones estimuladas por el proceso de globalización económica, la financiarización y el desarrollo de las tecnologías de la información (TIC) han generado cambios en la estructura y funcionalidad interna de las metrópolis latinoamericanas. Coexisten en ellas diferentes procesos y dinámicas que pueden generar problemas en la gestión y administración de las urbes, tales como la revalorización de la importancia del centro tradicional (Gasca-Zamora, 2017;Molina, 2020;Pérez Bustamante, et al, 2019); una continua aglomeración poblacional (Muñiz et al, 2015;Souza González, 2010); un acelerado crecimiento suburbano; y el surgimiento de nuevas centralidades (Barrios, 2001;Santana-Rivas 2020;Santos Junior et al, 2019). A partir de ello, han aparecido una serie de propuestas teóricoprácticas destinadas a solucionar estos desafíos de gobernabilidad, entre las cuales destaca la generación de múltiples planes de ordenamiento territorial, planes urbanos estratégicos, la provisión de bienes y servicios colectivos, el desarrollo de infraestructura de transporte, el control y ordenamiento del crecimiento de la planta física, el incremento de la competencia internacional, la necesidad de atracción de inversiones, entre otras (Barton, 2006(Barton, , 2013Granda, & Machin-Mastromatteo, 2018;Kornberger, 2012;Kübler, & Lefèvre, 2018;Merk, 2014;Varela, 2015).…”