“…Por su parte, las administraciones públicas han tratado de, o bien corregir fallos de mercado (Keat, 2001) o de utilizar la cultura como herramienta de política pública educativa (Brinkman, 2016), de inclusión social y lucha contra la precariedad laboral (Peuter, 2011), de dotación y mantenimiento de infraestructura urbana (Degen y García, 2012), como herramienta de desarrollo rural con identidad territorial (Fonte y Ranaboldo, 2007) y para poner límites al desplazamiento de comunidades vulnerables (Schnare, 1979;Verlaan y Hochstenbach, 2022); e inclusive también utilizar la cultura como medio de comunicación -gestión de una "marca ciudad" o de narrativas-, e incluso propaganda (Roshwald y Stites, 2002). Es así como organizaciones de categoría jurídica y dimensiones variadas, se acercan a la economía desde diversas perspectivas.…”