“…Se ha señalado, entre otras causas, los cambios culturales del ser humano ante la muerte, la crisis de la religión católica y el aumento en la incineración; y, desde una perspectiva política, las crisis de administración y financiamiento producto del traspaso desde la institucionalidad central o regional a los gobiernos locales. Por último, la crisis económica derivada de la dificultad de mantenimiento de tumbas y mausoleos de la vieja burguesía decimonona, además de la masificación de arriendo de sepultaciones de corto plazo y las sepultaciones de densificación vertical (Valencia, 2021). Los cementerios salieron del olvido gracias a la realización de estudios, generalmente académicos, que abarcaron sus dimensiones histórica, artística, antropológica y paisajística.…”