El presente artículo analiza la evolución social y urbana seguida por la ciudad de Valencia durante las dos primeras décadas del siglo XXI. Mediante una metodología cuantitativa y tomando como marco teórico de referencia el esquema de la ciudad dual, el trabajo identifica y expone los diferentes factores estructurales y contextuales que explican el avance de la metrópolis hacia un modelo territorial polarizado. Los resultados obtenidos muestran que el incremento de la desigualdad social y la segregación residencial socioeconómica ha afianzado el desarrollo de un modelo de segregación centro – periferia que ha desplazado a los grupos peor posicionados de la estructura social a las zonas depauperadas de la periferia de la ciudad. En este contexto, las conclusiones señalan que el principal reto social al que se enfrenta la ciudad de Valencia es superar, por fin, una arraigada situación de desigualdad entre las poblaciones de sus distintas zonas urbanas.