RESUMENEl Rift NE de Tenerife, conocido localmente como la Dorsal de La Esperanza, es un excelente ejemplo de un rift persistente y recurrente. Su estudio ha aportado evidencias significativas del origen y diná-mica de este tipo de estructuras volcánicas.Los rifts son posiblemente las estructuras más relevantes en la geología de las islas volcánicas oceánicas: 1. Controlan, tal vez desde su inicio, la construcción de los edificios insulares; 2. Son elementos sustanciales en la configuración (forma y topografía) de estas islas; 3. Dan origen a sus principales formas del relieve y el paisaje; 4. Al concentrar la actividad eruptiva, son asimismo estructuras cruciales en la distribución del riesgo volcánico; 5. Condicionan la distribución de recursos naturales básicos, como el agua subterránea.En las Canarias están muy bien representados tanto los rifts típicos de los estadios juveniles de desarrollo en escudo, como los más tardíos, correspondientes a las fases de rejuvenecimiento post-erosivo. El Rift NE es un buen ejemplo de este último tipo de rifts.El Rift NE se ha desarrollado en tres etapas diferentes separadas por periodos más largos de quiescencia o actividad reducida. La primera etapa, en el Mioceno (datada en 7,26 Ma), se formó como una extensión hacia el NE del escudo central de Tenerife, donde aflora debajo del macizo plioceno de Anaga. La segunda etapa, del Plioceno (datada en 2,71 Ma), sólo ha sido alcanzada en galerías. La tercera etapa se desarrolla en el Cuaternario, con una fase de gran actividad volcánica en el periodo comprendido entre 1,0 Ma y 0,5 Ma, en que se produjeron tres colapsos laterales (Micheque, Güímar y La Orotava). Posteriormente, la actividad eruptiva se hizo más espaciada y los centros eruptivos se dispersaron. Una última fase de renovada actividad se localiza alrededor de los 30-40 ka, con varios centros eruptivos en la parte del rift cercana a la Caldera de Las Cañadas y el complejo volcánico del Teide, y otros anidados en los diferentes valles de colapso (la alineación de Taoro, en el Valle de La Orotava, datada en 27 ka, y la alineación de volcanes de Arafo, Fasnia y Siete Fuentes, de 1705 AD).La elaboración de una detallada cartografía geológica y geomagnética (utilizando las inversiones del campo magnético terrestre impresas en las lavas) y la datación radioisotópica de las unidades volcanoestratigráficas y magneto-estratigráficas definidas (con 14 edades K/Ar nuevas) ha permitido la reconstrucción de la historia volcánica de esta última fase de desarrollo del Rift NE y la delimitación del tiempo de ocurrencia de los sucesivos colapsos laterales.En las fases iniciales de esta etapa los centros eruptivos se agrupan apretadamente en el eje del rift y las lavas muestran consistentemente polaridad inversa (correspondiente al cron Matuyama). Los diques muestran tanto polaridad normal como inversa. Sin embargo, en las fases finales tanto las lavas como los diques tienen siempre polaridad normal, correspondiente al cron Brunhes. Algunas secciones concretas están formadas por lavas ...