A partir de los años 70 del siglo XX, poco a poco y tras reformas universitarias amplias, el acceso a la educación superior se ha hecho más equitativo entre los sexos y ahora, a nivel de país tanto como internacionalmente, hay más mujeres que hombres que inician sus estudios. No obstante, ellas siguen siendo minoría en los cargos directivos de las ciencias y cuanto más alto es el nivel de cualificación académica, menor es la proporción de mujeres. Aunque las mujeres científicas realizan un importante trabajo, suelen ser sus colegas masculinos los que se atribuyen el éxito o cuyas voces aparecen en público y en los medios de comunicación. Tanto prácticas repetitivas e incuestionadas como la asignación de roles sociales desempeñan un papel decisivo en este sentido. Apoyándose en los conceptos de habitus y campo social de Pierre Bourdieu, el estudio analiza las relaciones de poder y los posicionamientos dentro del campo científico. A través de seis entrevistas narrativas con mujeres docentes de una universidad pública en Quito, Ecuador, se ponen de relieve las rupturas con el orden establecido y se destacan las prácticas subversivas que desarrollan las docentes para manifestarse como sujetos en el ámbito de las ciencias.