Se confrontan los datos clínicos y analíticos de 100 enfermos con diversas nefropatías primarias o manifestaciones renales de otras enfermedades, con los hallazgos histopatológicos obtenidos mediante biopsia renal percutánea. El 24 % de nuestra casuística corresponde a nefropatías de evolución clínica nefrósica y substrato histopatológico diverso y bien definido. Esta gran variabilidad de cuadros histopatológicos que se manifiestan con sintomatología muy parecida, hacen de la biopsia renal un medio de exploración obligado en este tipo de enfermos. El 15 %, corresponden a esclerosis renales que generalmente plantean complejos problemas de diagnóstico diferencial, sobre todo, a la hora de precisar la naturaleza primaria de cada una de estas nefropatías. Sin embargo en los casos que presentan insuficiencia renal avanzada, por el riesgo que supone esta exploración hacen desaconsejable la biopsia. El 13% corresponden a pielonefritis que a pesar de su carácter focal la biopsia nos aportó signos de gran valor diagnóstico. El 13 % son enfermos con glomerulonefritis en los que la biopsia además de matizar ciertos aspectos diagnósticos nos permitió elaborar un pronóstico más acertado.
El 35% restantes, son enfermos con entidades clínicas diversas y mínimas manifestaciones renales y en los que la biopsia representa el procedimiento más eficaz para conocer el grado de afectación renal y en algunos de ellos, como ocurre en el L. E. D., puede contribuir eficazmente al diagnóstico de la enfermedad fundamental.