Casi de modo unánime, discursos y documentos oficiales y, a la par, un gran número de textos académicos en Occidente tildan a Rusia como una potencia revisionista. Sobre todo, a partir de la toma de Crimea y Sebastopol por parte de Moscú y el inicio del conflicto en el Donbás en el año 2014, se le considera al Estado eurasiático como un spoiler de la política internacional, en búsqueda del debilitamiento de los valores, las reglas e instituciones del denominado «Orden Internacional Liberal». El presente artículo se propone problematizar esta afirmación al postular que la categoría del revisionismo no constituye una proyección internacional unidimensional, ni tampoco objetiva. Por otro lado, siguiendo a Murray (2019), el revisionismo, además de emerger al interior de un Estado, también se construye a través de las interacciones sociales con otros Estados, como efecto de su pugna por el reconocimiento. Luego de una revisión de la literatura sobre dicho concepto y la ubicación de la teoría de Murray en ella, el presente artículo indaga en los motivos y las estrategias de Rusia en el orden pos Guerra Fría, así como las capacidades que sustentan su política exterior. Bajo esta luz, se evaluará el grado de revisionismo en la proyección internacional rusa de los últimos años.