Los exámenes orales son situaciones sociales que pueden activar emociones displacenteras como ansiedad, vergüenza, enojo o culpa. Para afrontarlas, los estudiantes utilizan estrategias como incrementar la preparación, buscar apoyo emocional o instrumental, relajación o distracción, entre otras. La postergación de la confrontación o la inhibición de la expresión, son dos formas de evitación conductual que permiten aliviar el malestar emocional asociado al examen oral, pero al volverse habituales pueden generar bajo rendimiento, demora o abandono de la carrera y diversos síntomas mentales.
Para disminuir la ansiedad y la evitación conductual frente a los exámenes orales, se diseñó un tratamiento grupal con técnicas cognitivo–comportamentales, de mindfulness y de la terapia de aceptación y compromiso.
Se evaluó su impacto mediante un estudio empírico con 22 participantes de diferentes carreras universitarias. Se constataron disminuciones estadísticamente significativas entre las medidas pre y post intervención en las escalas de Ansiedad frente a los Exámenes Total, Emocionalidad, Preocupación y Falta de Confianza y en Postergación e Inhibición de la Expresión, con tamaños de efecto entre medianos y grandes.
La mayoría de los participantes presentó mejoras, algunos no informaron cambios, pocos desmejoraron. Esa variabilidad no se relaciona con la presencia de síntomas comórbidos. Los componentes percibidos como más útiles fueron la relajación, revisión de estrategias de estudio, reestructuración cognitiva y autoinstrucciones.