<p>Los grupos de escritura consisten en comunidades de escritores que comparten sus borradores para recibir comentarios que permitan mejorar el texto. Estos parecen ser útiles para el aprendizaje de las prácticas letradas de escribir para publicar y para el avance de las publicaciones. Sin embargo, todavía no existe consenso sobre si los miembros de estos grupos debieran pertenecer a una misma disciplina o comunidad discursiva. En este trabajo analizamos las ventajas y los desafíos de conformar grupos de escritura con integrantes de diferentes áreas disciplinares. Para ello, se analizaron las transcripciones de un total de 16 reuniones de trabajo sostenidas por 4 grupos de escritura durante un semestre en una universidad ecuatoriana. Cada grupo fue conformado con 3-4 docentes universitarios investigadores y asistentes de investigación, con mayor o menor grado de experiencia (entre 0 a 9 años), y una coordinadora-participante. Los resultados indican que, por un lado, participar en estos grupos afirma el sentido de pertenencia a una comunidad discursiva disciplinar, ofrece acceso a la perspectiva de diferentes lectores y oportunidades para aprender en forma situada las prácticas letradas. Por el otro, algunos participantes marcaron el desafío de ofrecer comentarios a profundidad debido a su desconocimiento del área disciplinar y/o las expectativas discursivas de esta. En definitiva, según los participantes, trabajar con compañeros formados en diferentes áreas de estudio conlleva mayoritariamente ventajas asociadas con la experiencia compartida en cuanto a enfrentar la investigación y la actividad letrada de escribir para publicar.</p>