La lumbalgia es un problema de salud pública que implica grandes consecuencias para el sistema de salud y para quienes sufren algún episodio de esta patología, ya que en ocasiones se torna incapacitante para quien lo sufre. Es importante conocer la clínica de las diversas presentaciones de la lumbalgia y reconocer los factores de riesgo o banderas rojas, para brindarle el mejor abordaje terapéutico. De este modo, se deben establecer estudios de imágenes para determinar con mayor claridad la sintomatología y buscar el mejor escenario para el paciente. Se debe tomar en cuenta que el reposo absoluto por más de 48 horas puede ser perjudicial en la lumbalgia, y que se debe incluir como parte fundamental en su tratamiento las actividades diarias que no requieran esfuerzo físico; asimismo, la primera línea de tratamiento es el paracetamol, debido a los mínimos efectos adversos que ocasiona, comparado con los antiinflamatorios no esteroideos. La combinación de analgésicos con complejos de vitamina B aumenta la eficacia del tratamiento y brindan un mayor alivio de la sintomatología. Los opioides de baja intensidad pueden ser de utilidad en los casos refractarios a AINES, y los esteroides son de beneficio en las lumbalgias con componentes inflamatorios.