El 12 de enero de 2023, el protocolo Bitcoin cumplió 14 años desde su puesta en marcha. El documento fundacional de Bitcoin (el Whitepaper) fue dado a conocer al mundo el 31 de octubre del 2008, por Satoshi Nakamoto**, quien desapareció para siempre el 10 de diciembre del 2010. En cada una de sus etapas a lo largo de más de 40 años de evolución, siempre estuvieron presentes en su estructura y su columna vertebral la libertad financiera del individuo, como derecho fundamental que tiene todo ser humano. Ahora, los Bancos Centrales, al albur del éxito y toma firme de posiciones del mercado criptográfico y económico por parte de la moneda creada por Satoshi, pretenden aplicar con premura y precipitación un programa de implantación paulatina en todo el mundo para sus monedas digitales, estrategia que llevan ya muy adelantada en países como China, Panamá o Nigeria. En este artículo se analizan las monedas digitales de los bancos centrales (CBDC-central bank digital cryptocurrencies), en contraposición a Bitcoin, con sus implicaciones jurídicas: la fe pública de la cadena de bloques, la jurisprudencia en torno a bitcoin, la (ausencia de) rendición de cuentas de los bancos centrales, los peligros de la centralización y la concentración de poder en la toma de decisiones, la pérdida de privacidad y anonimato, y la necesidad de hablar de un derecho en el ciberespacio.