Las actuales condiciones en las que vive el mundo exigen una nueva manera de analizar los procesos educativos en el entorno familiar. La COVID-19 ha impactado en el contexto social, y en los grupos de alta vulnerabilidad. Uno de estos grupos, sin dudas, son los niños, adolescentes y jóvenes con TEA, precisamente por la singularidad que tiene ésta condición. Desde la experiencia cubana se han puesto en práctica orientaciones didácticas a las familias con vista a acompañaras en la etapa de aislamiento. Las familias han asumido el rol con valentía y hoy se preparan para continuar estimulando la inclusión socioeducativa de los niños, adolescentes y jóvenes con TEA.