¿Habilidades emocionales o cognitivas? El rol de la inteligencia emocional en las decisiones de compra de alimentos con declaraciones nutricionales

Abstract

Los esfuerzos por reducir la alta tasa de enfermedades crónicas relacionadas con la alimentación parecen no dar los resultados esperados debido que las políticas de salud pública se basan en modelos de toma de decisión con un sesgo hacia aspectos cognitivos, asumiendo que los consumidores elijen sus alimentos de manera racional. Sin embargo, un nuevo enfoque propone que las habilidades emocionales juegan un papel fundamental en la elección de alimentos más saludables. Este estudio analiza el papel que juega la inteligencia emocional en las decisiones de compra de alimentos con declaraciones nutricionales. Para conocer esta influencia, se partió del análisis de las preferencias de los consumidores por patatas fritas con declaraciones nutricionales mediante la estimación de un modelo Latent Class que permitió encontrar grupos de consumidores que compartían preferencias. Luego se comprobó si las habilidades emocionales y cognitivas de los individuos proporcionaban un perfil de preferencias para cada grupo. El principal resultado del presente estudio señala que una pobre habilidad emocional tiene una influencia negativa sobre la elección de patatas fritas con declaraciones nutricionales. Sin embargo, la interacción entre las habilidades emocionales y cognitivas es la que determina la calidad de la toma de decisiones de alimentos con declaraciones nutricionales. El presente estudio extiende el estudio de la inteligencia emocional al ámbito de las decisiones de compra. Los resultados de este estudio presentan algunas implicaciones para el diseño de estrategias de marketing de productos saludables y de políticas de sanidad pública más acertadas.

Disponibilidad e interpretación del etiquetado de productos lácteos en Montevideo – Uruguay: estudio transversal sobre Declaraciones de Propiedades Nutricionales referidas a energía y grasas totales

“…Un estudio llevado a cabo por López Galán et al menciona que las personas mayores de 54 años que componían la muestra, consideran que el etiquetado nutricional influye en sus decisiones de compra 18 .…”

“…En los tiempos actuales, dado el contexto de salud que vive Uruguay y el mundo en relación a la salud, es prioritario acercarse al consumidor; y las declaraciones de propiedades nutricionales son una herramienta fundamental para lograr cambios saludables en la alimentación1 .Desde la perspectiva de los alimentos, el perfil nutricional de un alimento que presenta declaraciones de salud, con respecto a aquellos que no lo hacen, es ligeramente mejor28 .En una revisión sistemática llevada a cabo por Sebastian-Ponce MI et al se concluyó que las mujeres consultaron el etiquetado más que los hombres. Además, los autores observaron que la lectura del etiquetado nutricional se corresponde con la intención de seleccionar productos más saludables en cuanto a grasas y calorías16 .Una revisión sistemática y metaanálisis, realizada sobre el impacto de las declaraciones nutricionales en las decisiones de compra en personas adultas en Europa y Estados Unidos, menciona que las declaraciones estimulan las compras y el consumo de los alimentos que las contienen17 .Un estudio llevado a cabo por Lopez Galán B y de Magristris T menciona que el conocimiento nutricional influye positivamente en la elección de alimentos menos calóricos18 .En cuanto a la interpretación de los términos "bajo" y "light", un 40% de los encuestados otorga mismo significado a dichos términos. Según la normativa uruguaya, el término "bajo" hace referencia a un atributo de contenido absoluto, y el término "light" hace referencia a un atributo comparativo1 .Se puede considerar que el desconocimiento de los términos por parte de los consumidores encuestados, pueda contribuir a confusión en el consumidor en la selección de alimentos.La educación y el rotulado nutricional están relacionados, a través de la información nutricional y el conocimiento que tiene el consumidor.…”

Nutritional information labels and health claims to promote healthy consumption

“…In Spain, it has been more than three decades, since the so-called eating behavior disorders began to manifest. López-Galán and Magistris (2017) have remarked that, what was initially treated only as an individual clinical problem, has come to be considered an important public health problem. Following Santoncine et al (2006), eating disorders are complex disorders that include two types of behavioral alterations as follows: some are directly related to food and weight and others are derived from the relationship with oneself and with others.…”

“…Hernández-Fernández (2013) reviewed two instruments – nutritional labels (whose existence on the packaging is mandatory in all food products and can adopt a color code) and health claims (whose existence on the packaging depends on whether the food industry has obtained authorization to include it) – and discussed how public health authorities, both European and national (Balasubramanian and Cole, 2002), have designed these two instruments to include them on the packaging and how nutrition labels and health claims can facilitate food decision-making for consumers. In this sense, some studies on consumer preferences (López-Galán and Magistris, 2017; Miklavec et al , 2015; Cavaliere et al , 2015; etc.) have shown that consumers consider nutritional labels to be useful for choosing healthier foods.…”

“…However, despite consumers’ interest in nutrition labels and health claims and the effort made by public health authorities to promote changes in eating habits, as Prieto-Castillo et al (2015) underline, the mortality rate has not yet been reduced because of diseases derived from a poor diet. The results that public health authorities expected were not obtained because it had been assumed that consumers were aware of the advantages and disadvantages of their food choices and that they were going to make rational decisions (López-Galán and Magistris, 2017). Gutjar et al (2015), however, noted that the reality has been different, as consumers often make unconscious food decisions (Tangari et al , 2019) and often these decisions are driven by an emotional component or an eating disorder (Köster and Mojet, 2015), which, in turn, favors the creation of bad eating habits that are difficult to modify (Mayer et al , 2016).…”