“…Se localizan principalmente en la extremidad inferior, especialmente en el muslo, pelvis y retroperitoneo, son menos frecuentes en el tronco, extremidades superiores, órbitas, cabeza y cuello, intracraneales y en vísceras, sobre todo en útero y bazo (1) . Pueden aparecer a cualquier edad, siendo la edad media de aparición los 45 años, con igual distribución en ambos sexos.…”