“…Para los atletas de élite jugar eficientemente en equipo significa confiar en los jugadores, compartir sentimientos positivos, sincronizar los movimientos y centrar la atención en los pases, y es entonces, cuando se experimenta flujo (Schiepe-Tiska y Engeser, 2012). Además, la práctica de actividad física produce una multitud de efectos psicológicos positivos (e.g., aumento de la autoconfianza y la autoeficacia, mejora del funcionamiento cognitivo, mayor sensación de bienestar y mejora de los estados emocionales, así como una reducción de la ansiedad, la depresión y el estrés (Brown, Mishra, Lee, y Bauman, 2000;García, Bohórquez, y Fernández, 2014;Sampedro, 2015).…”