“He visto las calles ardiendo otra vez”. La estabilización de la escena músico-política en el País Vasco durante la década de 1990. Del caso de Eskorbuto al de Negu Gorriak

Abstract

La eclosión del Rock Radical Vasco dotó de un nuevo significado al punk vasco, un movimiento esencialmente anti-todo, que fue utilizado como vehículo de propaganda por la izquierda abertzale. Este proceso se observa claramente a través de las bandas Eskorbuto y Negu Gorriak, la primera representante del anti-todo punk y la segunda de un “rock identitario”. A lo largo de este artículo se ofrecen algunas claves imprescindibles para entender el proceso de conversión de la música underground vasca en instrumento de expresión identitaria para la izquierda abertzale.

La representación audiovisual de la música punk: un estudio ideológico y contextual

“…Esta relación deja patente el apoyo mutuo dado entre los Zer 27-52 (2022), 199-216 Sara Rebollo-Bueno grupos del RRv y algunos partidos políticos, en concreto, Herri Batasuna, pues, por un lado, el partido conseguía llegar al sector juvenil y, por otro, los grupos conseguían mayor presencia y repercusión. Este vínculo fue propiciado por puntos de coincidencia entre la carga ideológica que se identificaba en la música del RRv y las bases políticas e ideológicas del partido mencionado, si bien no todos los grupos fueron partícipes (Dávila Balsera y amezaga albizu, 2003;Pascual, 2015;Mota Zurdo, 2018). la mayoría de los grupos que rechazaban dicha etiqueta abogaban por movimientos antisistema: «El movimiento punk […] nació como un ariete contra todo lo establecido» (Madueño Álvarez, 2021: 313).…”

“…la mayoría de los grupos que rechazaban dicha etiqueta abogaban por movimientos antisistema: «El movimiento punk […] nació como un ariete contra todo lo establecido» (Madueño Álvarez, 2021: 313). la juventud vasca amparada por este movimiento consigue que se cree un sentimiento de pertenencia -un «nosotros»a través de la identificación y el reconocimiento (Dávila Balsera y amezaga albizu, 2003;Pascual, 2015;Mota Zurdo, 2018). De hecho, el punk ha sido clasificado como una subcultura que intenta originar una forma de expresión propia (Hebdige, 1979;Greil, 2005;Madueño Álvarez, 2021).…”

“…En el ámbito político se vislumbra la violencia y el rechazo de estos grupos a organizaciones como ETa o Gal o a las fuerzas de seguridad (Román Etxebarrieta, 2018). Esto lleva a que Kikol Grau no se deje atrás la importancia del conflicto político con respecto al fuerte sentimiento independentista existente en el territorio vasco, el cual conduce a que Herri Batasuna se aproveche del punk bajo la etiqueta Zer 27-52 (2022), 199-216 Sara Rebollo-Bueno de rock radical vasco, trayendo consigo la oposición de muchos grupos, entre ellos los propios Eskorbuto, cicatriz y la Polla Records (Dávila Balsera y amezaga albizu, 2003;Pascual, 2015;Mota Zurdo, 2018). Gracias al director queda patente el rechazo a esta etiqueta y al uso partidista del punk que realizaba este partido político, desvinculándose así de cualquier atisbo de afiliación política de los mismos.…”