“…Aunque las evidencias de que el consumo crónico de sustancias afecta al comportamiento sexual (Peugh y Belenko, 2001) y al deseo sexual en los consumidores de cocaína (Cocores, Miller, Optas y Gold, 1988;MacDonald, Waldorf, Reinarman, y Murphy, 1988;Henderson, Boyd y Whitmarsh, 1995;Wetherby, Shultz y Chitwood, 1992) y de alcohol (Crenshaw y Goldberg, 1996;Rosen, 1991), el estudio de la respuesta emocional de adictos a drogas ante estímulos incondicionados como los sexuales es escaso. Este hecho dificulta la elaboración de hipótesis basadas en investigaciones previas y nos obliga a hipotetizar basán-donos en la evidencia clínica de la falta de interés, manifestada con frecuencia por los adictos a drogas en tratamiento, hacia los eventos afectivos cotidianos, entre los que cabe mencionar los sexuales.…”