Los hemagiomas infantiles (HI) son los tumores de tejidos blandos más frecuentes de la infancia. Se caracterizan por un crecimiento significativo durante los primeros meses de vida, seguido de una involución lenta y espontánea a lo largo de un periodo que puede durar algunos años. Usualmente, la regresión de la mayor parte del tumor termina a los 4 años de edad. Sin embargo, algunos de los HI desarrollan complicaciones, lo que resulta en alteraciones funcionales, dolor y desfiguramiento. La decisión de administrar tratamiento a un paciente con HI y elegir la mejor opción terapéutica para ese paciente (tratamiento tópico o sistémico) debe ser individualizada, dependiendo de varios factores: el tamaño de la lesión, la localización, la presencia de complicaciones como ulceración, el riesgo de cicatrización o desfiguramiento, la edad del paciente, la tasa de crecimiento o de involución al momento del diagnóstico, los riesgos y beneficios de administrar el tratamiento, la disponibilidad del medicamento, los costos y la experiencia del médico tratante.