“…9 Cabe resaltar que, a pesar de una buena inmunoprofilaxis, aproximadamente el 10% de las madres maternas van a desarrollar anticuerpos anti-D. 8,10,11 En cuanto al tratamiento de esta enfermedad, en primera instancia, es importante la monitorización seriada por ultrasonografía y el Doppler de la arteria cerebral media, que permiten detectar signos de anemia fetal y evaluar la presencia de hidrops fetal; a su vez, realizar de forma oportuna las intervenciones requeridas, como son las transfusiones intrauterinas en caso de que el feto presente una anemia marcada. 2 Por otro lado, para el tratamiento del neonato existen varias alternativas, como la transfusión de glóbulos rojos, estimulantes de la eritropoyesis, el uso de líquidos endovenosos, la fototerapia, exanguinotransfusión y suplementación de albúmina; siendo la primera una estrategia muy efectiva para reponer de forma rápida el volumen eritrocitario; sin embargo, presenta algunos riesgos tales como las infecciones y la sensibilización inmunológica, por lo cual los estimulantes de la eritropoyesis pueden ser una excelente alternativa para el tratamiento de estos pacientes. 2,[12][13][14]…”