La investigación con células de origen humano y animal fue incorporada en la ciencia hace más de un siglo y su uso, tan cotidiano, no había merecido cuestionamiento alguno acerca de sus implicaciones éticas, legales y sociales por parte de la comunidad científica pues se asumía que era inocuo e impersonal. La información genética evidencia comportamientos biológicos individuales o colectivos de sus grupos familiares o generaciones, situación que puede transgredir la confidencialidad y el derecho a la privacidad de las personas y sus familias. El caso de la investigación con células HeLa constituye un modelo de interpretación del ethos científico que requiere ser abordado desde un enfoque interdisciplinario, con una perspectiva de derechos humanos y bajo una redefinición de los conceptos legales, sociales y éticos del cuerpo humano, la salud, la enfermedad y la vida, a fin de garantizar la efectiva protección de los derechos personales fundamentales.