Como parte de una investigación sobre aficionados de un músico popular argentino, el artículo analiza una dimensión específica de una de sus prácticas de afición. La indagación aborda el trabajo de producción de banderas que una parte del público realiza para presentar en los recitales de este artista. En esta clave, reconstruir el circuito de usos de un objeto-las banderas-nos ha conducido hacia la red colaborativa en la que se constituye, visibilizando un "mundo de arte" popular en torno a la música. Se trata de una red colectiva "en bambalinas" que las hace posible como objetos estéticos por derecho propio: una escena anclada en el mundo cotidiano de las personas (y que por ello se vale de los recursos, y relaciones disponibles en ese mundo), que a la vez se co-produce en interacción con el momento ritual del recital, resultando fundamental para sustentarlo como tal. Visibilizar a estos "hacedores de banderas" populares tiene como objetivo iluminar una posibilidad analítica escasamente tematizada: presenta un "mundo del arte" popular no profesionalizado ni sostenido en instituciones formales, sino más bien en una red de prácticas colectivas informales y una economía moral que hacen posible su continuidad. La indagación, en consecuencia, abre una senda a complejizar los análisis de los procesos de creación artística colectiva en el mundo popular y destaca los efectos sociales y políticos de esas prácticas sobre la propia experiencia cotidiana de los fans. Palabras clave: arte popular, redes de colaboración, aficionados a la música, prácticas de ritualización, creación artística colectiva