“…En la tabla V, en la distribución de los niveles de gravedad de negligencia de alimentación en los adolescentes obesos, se observó una diferencia significativa (p<0,01) en el nivel grave de negligencia de alimentación con un 94,00%, porque los adolescentes recibieron una alimentación inadecuada (excesiva o desequilibrada desde el punto de vista nutritivo) y sin una adecuada supervisión de los padres, que provocó incremento de peso excesivo, con consecuencias que requirieron tratamiento médico especializado, seguido de nivel moderado con un 6,00%, donde los menores no requieren tratamiento médico especializado, pero la conducta parental negligente provoca situaciones de rechazo hacia los menores (escuela, grupo de iguales, etc. ), en una manera similar Duncan et al (2015) en su estudio de experiencias adversas en la infancia eviden-ciaron que la todas las formas de abuso y negligencia física, se relacionaron significativamente con trastornos alimentarios, bajos niveles de actividad física, obesidad y diabetes, ya que el estrés crónico asociado con el maltrato infantil causa cambios neurobiológicos perjudiciales y duraderos, como la desregulación del eje hipotalámico-pituitario-adrenal, que conduce a relaciones conflictivas, baja autoestima y la posterior adopción de conductas de riesgo para la salud, Clark et al (2014) también encontraron que la negligencia en la supervisión se asoció con el índice de masa corporal elevado (obesidad) de igual forma Helton y Liechty (2014) en sus resultados establecieron que los varones adolescentes víctimas de negligencia tenían un mayor riesgo de obesidad en comparación con los varones adolescentes con maltrato físico En la tabla VI, en la distribución de las patologías metabólicas asociadas a la negligencia de alimentación grave en adolescentes obesos, se evidenció una diferencia significativa (p<0,01) en la dislipidemia (trastornos de los lípidos en la sangre) con un 63,83%, seguido de resistencia insulínica (la insulina produce una respuesta tisular menor a la esperada y condiciona un aumento de la insulina sérica "hiperinsulinemia" para compensar la ineficiencia de la hormona) en 36,17%, en forma análoga Cammack et al (2020) en su investigación estableció que el maltrato infantil está asociado con conductas excesivas en la dieta y sedentarismo, con mayor número de horas de utilización de videos juegos y estas asociaciones son factores de alto riesgo de enfermedad cardiometabólica. Campbell et al (2019) en su trabajo estableció que las experiencias adversas de la infancia producen tasas más altas de morbilidad como enfermedades cardíacas, resistencia in-sulínica, diabetes y enfermedades respiratorias inferiores crónicas, además es más probable que se involucren en conductas de riesgo para la salud, en comparación con aquellos niños que no presentan ACE, aumentando significativamente el riesgo de mortalidad adulta temprana y Brockie et al (2018), evidenciaron que los factores estresantes infantiles establecen un trauma temprano con el estrés tóxico, que pueden tener efectos duraderos en la salud física como la resistencia insulínica y diabetes tipo II.…”